Esta escena, encargada a su autor para la decoración del claustro bajo, representa el bautismo del santo, unigénito del caballero Pedro Bernardone y Madonna Pica.
Según la tradición, un peregrino fue el padrino del niño (Texto extractado de: Pintura del Siglo XIX en el Museo del Prado: Catálogo General, Madrid: Museo Nacional del Prado, 2015, p. 239). - Fuente Museo del Prado
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